«Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea. Era la madre más inútil que haya existido jamás. Yo la miraba desde la ventana mientras ella esperaba a la puerta de la escuela como una pordiosera. La habría matado con medio pensamiento.»
Así inician las primeras líneas de este libro, y estoy seguro de que cualquiera que lo lea por primera vez se encontraría en una situación incómoda, como me sucedió cuando decidí iniciar esta obra de Tatiana Tibuleac.
Casi todas las personas vemos a nuestra madre como un ser sagrado, como esa mujer amorosa, fuerte, valiente y sabia que daría la vida por nosotros si fuera necesario. Si alguna persona habla mal de ella nos exaltaríamos y tal vez viviríamos uno de estos momentos de «locura transitoria», reaccionando quién sabe de qué manera contra aquel ser atrevido.
Es por eso que el inicio de este libro genera sorpresa. Te hace preguntarte quién es esta cruel persona que habla con tales palabras despectivas. Te hace preguntarte si realmente tiene una madre tan cruel como para odiarla. Al mismo tiempo, te deja saber quién será el centro de la historia, te genera curiosidad y quieres seguir leyendo para ver de qué va todo esto.
Hoy quiero hablarte de el libro «El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes», de Tatiana Tibuleac. Te daré un breve repaso sobre el contenido del libro y mi opinión personal para que puedas decidir si leerlo o no. Y si ya lo leíste, entonces espero que puedas sumar tu reseña.
Reseña "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes" - Tatiana Tibuleac
«El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes» de Tatiana Țîbuleac es una novela profundamente emotiva que narra la transformación de la relación entre Aleksy y su madre durante un verano en un pequeño pueblo francés.
Podemos notar con cada capítulo que nuestro protagonista vive dentro de una familia disfuncional. Una familia que incluye a un padre violento que abandona a su esposa y a su hijo, una hermana muerta, una madre adolorida e incapaz de hacerse cargo de la situación, y una abuela ciega.
Inicia de una forma cruel y violenta, para nada es un libro con personajes sensibles y «perfectos». Esto es algo que particularmente me fascinó de la obra, ya que nos muestra algo realista, por más que nos duela o se nos haga incómodo.
La historia está narrada desde la perspectiva de Aleksy, un joven marcado por el resentimiento y el dolor, especialmente hacia su madre. La relación entre ambos es tensa y complicada, y desde el principio, Aleksy expresa un odio visceral hacia ella.
Pero todo cambia cuando ella lo convence de pasar el verano juntos en un pequeño pueblo en Francia. A medida que pasan tiempo en el pintoresco lugar, Aleksy comienza a notar cambios en su madre, no solo en su apariencia (que se ve reflejada en sus «ojos verdes») sino también en su comportamiento.
Su madre se vuelve más abierta, más vulnerable, y esto permite a Aleksy ver aspectos de ella que antes ignoraba. Es durante este verano que madre e hijo empiezan a conectar de maneras inesperadas, comienzan a mantener conversaciones profundas, recuerdos, y momentos que nunca antes habían experimentado juntos.
A lo largo de la novela, se revela que la madre de Aleksy está gravemente enferma. Este conocimiento añade a su relación un sentimiento de urgencia y melancolía. Aleksy, quien siempre había visto a su madre como una figura distante y fría, comienza a darse cuenta de su propia responsabilidad en la frialdad de su relación y de la humanidad y fragilidad de su madre. Su proceso de redescubrimiento y de reconciliación está lleno de dolor y culpa, pero también de momentos de verdadera conexión y amor.
El verano se convierte en un viaje de sanación para Aleksy, quien poco a poco va dejando atrás el odio y el resentimiento que había acumulado durante años. Sin embargo, la reconciliación llega demasiado tarde.
Mi opinión sobre "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes"
Si tuviera que resumir lo que pienso de este libro te diría que es una obra muy bien desarrollada, con personajes que evolucionan, una situación realista y cruel, aunque también amorosa. Un libro bastante corto y fácil de leer. Sin embargo, durante y después de la lectura te deja muchas sensaciones. Sensaciones como la melancolía, tristeza, reflexión, recuerdos, etc.
Cuando apenas llevaba una cuarta parte del libro ya sabía que se convertiría en uno de mis favoritos. De inicio me gustó que no te daban todo en los primeros capítulos. Es decir, que la autora no trata al lector como un niño al que hay que explicarle todo con detalles, sino que te va dando ciertas imágenes para que tú mismo puedas dejarte llevar por el análisis y la intuición (sin que se vuelva algo complejo).
Por ejemplo, no hace falta que se ahonde demasiado en el problema mental que tiene Aleksy, sus mismos pensamientos, actitudes y diálogos nos demuestran la falta de cordura. Simplemente con que su odio hacia ella aumente por algo tan tonto como el vestido que lleva puesto ese día, da a entender que tal vez ese sentimiento no sea exactamente porque la madre lo merezca, sino que es tan solo un reflejo del odio que tiene hacia sí mismo, sus traumas y otras cuestiones psicológicas en las que profundizaría si fuese un especialista en el tema.
Nuestro protagonista es un artista muy reconocido por sus cuadros y pinturas, así que su forma de escribir sus recuerdos tienen estos toques artísticos o quizás poéticos que le dan un toque especial. Por ejemplo, la forma en como observaba los ojos de su madre, como si a través de ellos pudiera ver el reflejo de lo que sentía ella por dentro. Adjunto aquí abajo algunas frases que nos deja.
Para continuar, quiero repetir que me encanta que no te den todos los detalles de inmediato, algunos capítulos inician con párrafos que no continúan con lo que te venían contando en el anterior. Claro está que tienen un sentido y que no son aleatorios, por lo que te genera intriga y la sensación de querer seguir leyendo.
Otro punto positivo que le quiero dar al libro es que no se trata de un giro de 180 grados del amor al odio por parte del hijo hacia la madre. No se trata de aquella situación en donde la termina amando por completo y opinando maravillas sobre ella, ya que no concordaría mucho con su personalidad. Tatiana lo hace perfecto al equilibrar sus nuevos sentimientos positivos hacia su madre con su característica personalidad, deseando muchas veces que se callara cuando hablaba demasiado, por ejemplo, pero ya sin querer verla muerta y más bien ayudándola a hacer todas las cosas que su enfermedad le impedía.
Una reflexión que me hizo tener es la de que muchas veces nos refugiamos en los momentos felices del pasado para afrontar los del presente. El protagonista dice revivir el verano con su madre cada día porque se lo prometió, pero lo vemos pintando cuadros sobre ella como una vía para desahogarse y, tal vez, de mantener en su cuerpo las buenas sensaciones de ese momento.
El final es muy simple y tranquilo, para un libro de este estilo solo podía esperarme eso. Cada quien pensará en lo que quiera luego de terminarlo, ya sea en cuánto aman a su madre, lo poco que se lo han demostrado, que deberían pasar más tiempo con ella, etc. Pero lo que sí está garantizado es que este libro te dejará pensando muchas cosas, y tal vez pases algunas horas de insomnio si lo lees por la noche.
No creo que me haya disgustado algo de este libro. Normalmente me gusta hacer una lista de cosas que me encantaron y otra de las que no tanto.
Pero con este libro no tengo malas observaciones, solo quería seguir leyendo y leyendo, no podía parar.
Así que de esta forma concluyo mi opinión. Te recomiendo totalmente adquirir este libro e incluso leerlo más de una vez, si eres de los que releen libros. No te vas a arrepentir.
Sobre la autora Tatiana Tibuleac
Tatiana Tibuleac nació en 19879 en Chisináu, Moldavia. Estudió periodismo y comunicación. Su primer libro, una colección de relatos titulada «Fábulas modernas, se publicó en 2014. «El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes» (2016), su primera novela, ha rcibido varios premios, entre los que destacan el otorgado por la Unión de Escritores Moldavos y la revista literaria rumana «Observator Cultural», y se ha traducido a numerosos idiomas. En 2018 publicó su segunda novela, «Jardín de vidrio». Actualmente trabaja como periodista y vive en París.
¿Te gustaría sumergirte en esta obra de Tatiana Tibuleac?
Si luego de esta reseña te dieron ganas de leer «El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes» (espero que sí, porque no te vas a arrepentir), toca el botón de abajo para adquirirlo en Amazon.