“Al sur de la frontera, al oeste del sol” es de esos libros que, sin darte cuenta, te arrastran a una especie de conversación íntima contigo mismo.
Fue publicado en 1992 y, a mi parecer, es uno de los relatos más personales y profundos de Haruki Murakami.
Aquí nos cuenta la historia de Hajime, un hombre que, en apariencia, tiene la vida resuelta: un exitoso club de jazz, una familia estable, la paz que muchos anhelarían. Pero todo eso empieza a tambalearse cuando se reencuentra con Shimamoto, su amiga de la infancia y, además, su primer amor. Aquí es cuando las cosas se ponen interesantes.
Bien, déjame entonces contarte cada aspecto de este libro. Al final te dejaré un resumen con mi opinión personal.
Al sur de la frontera, al oeste del sol - Haruki Murakami
¿De qué va realmente?
La novela sigue la vida de Hajime, un hombre que parece haber alcanzado todo lo que cualquiera podría desear: es dueño de un club de jazz que funciona bien, tiene una familia amorosa y una vida estable.
Pero esa aparente estabilidad empieza a desmoronarse cuando aparece Shimamoto, una amiga de su infancia y su primer amor, con quien compartía una conexión especial que nunca logró replicar en su vida adulta.
Este reencuentro se convierte en una especie de espejo, en el que Hajime se ve a sí mismo como alguien incompleto, atrapado en una rutina y tal vez en una versión de vida que ni siquiera está seguro de haber elegido conscientemente.
Shimamoto representa esa libertad, esa posibilidad de una vida distinta que él dejó atrás. La historia se convierte, entonces, en una exploración de sus emociones y deseos más profundos, y en una lucha constante entre la seguridad que ofrece su vida actual y el misterio y la atracción del pasado que Shimamoto encarna.
Sin llegar a contar demasiado, digamos que la novela juega con esa tensión, dejándote a ti como lector cuestionarte si uno realmente puede escapar de la nostalgia sin perderse en ella.
Los personajes en este drama emocional.
Hajime es el típico personaje de Murakami: introspectivo, un poco perdido y lleno de «¿qué hubiera pasado si…?»
Por otro lado, Shimamoto es un misterio andante, como si encarnara todos esos recuerdos de juventud que te dejan con ganas de revivir algo que ya no existe.
Y después está Yukiko, la esposa de Hajime, quien representa todo lo que él podría perder, junto con sus hijas. Su paciencia y comprensión resaltan aún más el conflicto interno de Hajime.
La trampa de la nostalgia
Si algo sabe hacer Murakami, es meterse en la mente de sus personajes y llevarte de la mano en su viaje psicológico.
Aquí toca temas como la nostalgia y el deseo insatisfecho, esa sensación de incompletud que te puede acechar incluso cuando crees haber logrado lo que querías en la vida.
Y lo hace de una manera tan sutil, que te encuentras reflexionando sobre tus propias decisiones, tus propios «qué hubiera pasado si…» Sin darte cuenta, te lleva a cuestionarte si es posible encontrar felicidad en el aquí y ahora o si siempre vamos a sentir que nos falta algo.
La prosa de Murakami
Murakami es directo, nada de palabras rebuscadas ni giros literarios complejos.
Su prosa en este libro es sencilla, pero logra transmitir toda la melancolía de los personajes, especialmente la de Hajime.
Es como si te sumergiste en tus pensamientos, en sus dudas, en esa nostalgia que flota entre él y Shimamoto. El ritmo está pausado, casi como si el libro te pide que lo leas despacio y que te tomes el tiempo para procesar cada pequeño detalle.
¿Qué nos deja este libro?
Para mí, Al sur de la frontera, al oeste del sol es una especie de recordatorio sobre lo fácil que es perderse en los «hubiera».
Murakami te invita a mirar hacia adentro, a aceptar las decisiones que has tomado y valorar lo que tienes en lugar de perseguir fantasmas.
Nos hace reflexionar sobre la idealización del pasado, sobre esa trampa que representa perseguir lo inalcanzable a costa de lo que ya tenemos.
Ahora sí, mi opinión personal
¿Te diría que es una obra maestra? No, pero sí que merece la pena. Es de esos libros que puedes leer en una tarde, aunque mi consejo sería: no te apresures.
Tómate el tiempo para ahondar en las emociones de los personajes, en esas reflexiones que se esconden detrás de cada diálogo.
Noté algunos guiños típicos de Murakami: el protagonista es dueño de un bar de jazz (como el propio autor lo fue antes de dedicarse a escribir), y hay menciones a música y personajes con sus pequeñas rarezas.
Los personajes, como en muchos de sus libros, van tropezando, cometiendo errores, lastimando a otros ya sí mismos. Al final, lo que Murakami muestra con Hajime es el daño que puede hacer aferrarse al pasado y esperar que el «amor de tu vida» venga a salvarte del vacío.
Te enseña que, si por dentro estás roto, lo externo poco importa.
En resumen, disfruté mucho del libro. Es de esos que puedes leer en cualquier lugar: en el metro, haciendo alguna fila o en casa. Sencillo y profundo al mismo tiempo, con esa melancolía que le queda tan bien a Murakami.
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