Si estás leyendo esto seguramente te sientas solo, y tal vez un poco frustrado.
En el pasado llegué a sentirme de la misma manera y buscaba cualquier cosa para salir de allí, como hacer muchos amigos, estar siempre ocupado, hacer planes todos los días, etc.
Pero lo cierto es que poco a poco he aprendido a ver la soledad o los momentos de soledad desde otra perspectiva, una perspectiva que me ha ayudado a crecer, a conocerme mejor, entenderme y poder dar pasos hacia el camino que realmente quiero recorrer.
Así que quiero compartirte lo que pienso, lo que he aprendido y mi experiencia personal por si te sirve de ayuda o motivación.
No te hablo desde la experiencia profesional, ya que no lo soy. Simplemente desde mi opinión personal y tal vez equívoca, pero es lo que me ha funcionado.
Comencemos por la pregunta del millón.
¿Por qué nos cuesta tanto estar solos?
Desde niños nos enseñan a ver la soledad como algo malo, como cuando en el colegio veías al chico que se sentaba solo y los demás solo se burlaban.
Otro ejemplo puede ser cuando sales a comer o tomarte un café sol@ y te ven con lástima, con cara de “qué pena que tenga que venir a comer sin compañía” “seguro no tiene a nadie más”. Como si estar solo no pudiera ser algo que uno mismo elija.
Creo que existen muchas razones. Antes de escribir esta parte del artículo decidí sentarme a reflexionar sobre el tema y di con las siguientes:
- La soledad nos obliga a confrontar nuestros pensamientos y emociones más profundos. Esto puede ser incómodo, especialmente si tenemos sentimientos de ansiedad, tristeza o inseguridad.
- Vivimos en una era de constante estimulación digital y social. Desde las redes sociales hasta el entretenimiento 24/7, estamos acostumbrados a un flujo continuo de información. La ausencia de estos estímulos puede generar una sensación de vacío o aburrimiento.
- La soledad, cuando no es deseada, puede ser dolorosa. Estar solos con nosotros mismos puede recordarnos la ausencia de conexiones significativas, lo que nos lleva a evitar esos momentos para no sentirnos vulnerables.
- Nuestra sociedad valora la productividad y el hacer constante. En este contexto, estar solo y en calma puede parecer una pérdida de tiempo o una falta de productividad. Me gusta llamarle “productivitis” a esa sensación de querer estar ocupados siempre.
- Muchas personas buscan la validación y el sentido de valía a través de la interacción con los demás. Estar solos puede hacer que nos cuestionemos nuestro propio valor si no estamos recibiendo esa validación externa constante.
Empezarás a disfrutar de la soledad cuando cambies tu mentalidad
Culturalmente, la soledad se ha venido asociando con el aislamiento, la tristeza y la falta de éxito social. Pero debemos cambiar esta percepción y entender que estar solos no es sinónimo de ser menos valiosos, y que realmente puede llegar a ser una oportunidad de crecimiento.
Es simplemente un estado: o estás en compañía o estás en soledad. Ninguna de las dos es mala ni buena. Tú eres quien le da un significado.
Ver la soledad como una oportunidad nos permite apreciar el valor intrínseco del tiempo que pasamos con nosotros mismos, así como también recargar energías, reflexionar y conectar con nuestra esencia.
Al mismo tiempo, nos da la libertad de ser auténticamente nosotros mismos sin la presión de conformarnos a las expectativas sociales. Es un momento para explorar nuestra identidad y expresar nuestra individualidad sin restricciones.
Por último, la soledad nos otorga la capacidad de tomar decisiones sin influencia externa, lo que fortalece nuestra autonomía y nuestro sentido de control sobre nuestras vidas.
¿Ya ves cuán beneficioso es?
Entonces, antes de darte mis recomendaciones sobre cómo comenzar a disfrutar de tu soledad, es necesario que comprendas esto, que hagas ese cambio de mentalidad, que dejes de verlo como una desgracia y que comiences a apreciarlo como un regalo y una oportunidad muy emocionante.
Una vez entendido esto, continuemos.
¿Cómo empezar a disfrutar de la soledad? Paso a paso
No hace falta que sigas estos pasos tal cual ni que los utilices todos. Estos son los que me han funcionado a mí. Sin embargo, toma lo que se ajuste a ti y crea tu propia rutina, tus propias reglas y tu propio ambiente.
Aquí te dejo mis 6 pasos esenciales:
- Cambio de mentalidad: Ya mencioné esto, pero como es un paso a paso, considero que este es el primero y el más importante.
- Haz una lista de actividades y «citas contigo mismo»: Puede ser cualquier actividad o salida, siempre que sea en soledad (actividades como salir a caminar, ir en bicicleta, ir a nadar, leer, meditar, hacer yoga, hacer ejercicio, etc; y salidas como ir de shopping, comprarte algo que siempre has querido, invitarte a un café, ir a un museo, teatro, concierto, espectáculo, entre otras).
- Haz un top de actividades y salidas. Luego agenda: Cuando ya tengas tus listas con actividades y citas contigo mismo, empieza a escoger cuáles son las que más te apetecen y ponlas en tu agenda. Es importante que las agendes para que realmente apartes ese tiempo para ti y te lo tomes en serio, como si se tratase de una reunión importante o una entrevista de trabajo a la que no puedes faltar.
- Hazlo simple: No todos los días tienes que ir a escalar una montaña o hacer algo demasiado interesante, puede que un día simplemente decidas darte un baño caliente de una hora, escuchar música relajante o simplemente tumbarte en la cama a reflexionar. En mi caso, los días que no tengo ganas de hacer mucho esfuerzo simplemente doy una caminata de 30 minutos, y créeme que me ayuda mucho.
- Haz tiempo y espacio: Tú conoces tus rutinas, así que es importante que identifiques aquellos momentos del día en donde vas a estar desocupado y libre de interrupciones. También realiza acciones que te ayuden a evitar procrastinar (por ejemplo, si planificaste salir a correr por la mañana deja tu ropa y zapatos deportivos preparados y cerca de ti desde la noche anterior).
- Olvídate de pensar que estás perdiendo tiempo: Pierdes tiempo cuando pasas horas deslizando entre los miles de videos de tik tok, cuando pasas tiempo con amistades falsas, cuando ocupas tu tiempo en discutir con personas que quieres. Pero, por más que no se sienta tan productivo como ponerte a trabajar o estudiar, te estás haciendo un bien mayor a ti mismo. No todo es dar pasos y pasos, hace falta parar también, reflexionar, pensar, tomar decisiones. Aprovecha estos momentos para hacer una pausa. Verás que las ideas fluirán mejor, revivirás tu creatividad, saldrás de esos bloqueos (si los tienes), entre otros beneficios más.
Consejos adicionales para empezar a disfrutar de tu soledad:
- Utiliza un cuaderno o bloc de notas para llevar registro de tu proceso. Puedes anotar las sensaciones de cada día, cómo te has sentido, las cosas en las que has pensado mientras estabas en esos momentos de soledad, los patrones que se repiten, esos recuerdos que te han venido a la mente, ideas o lo que tengas en tu cabeza.
- Hazlo sin expectativas. Si haces algo esperando una respuesta mágica o sentirte feliz de inmediato estarás anclado a ese resultado, y si no lo consigues sentirás que perdiste tu tiempo. Solo hazlo sin pensar en nada, como un experimento y una forma de ver qué hay dentro de ti.
- No te preocupes por el qué dirán. Afortunadamente, cada día es más normal ver a personas disfrutando de su soledad. Si alguien se ríe o piensa mal de ti, ese es su problema, nada tiene que ver contigo. Además, en cuestión de minutos se olvidarán de ti.
- Practica la meditación o respiraciones profundas, te ayudarán a llegar a ese estado de relajación o paz mental que necesitas.
Ahora bien, si no sabes exactamente qué tipo de actividades o salidas hacer en soledad, no te preocupes. A continuación te daré un par de ideas.
Ideas de actividades y citas contigo mismo
Actividades:
- Escribe en un diario sobre tus pensamientos y experiencias.
- Practica la pintura, el dibujo o cualquier forma de arte.
- Lee un libro de ficción o no ficción que te interese.
- Escucha audiolibros o podcasts sobre temas que te apasionen.
- Toma un curso en línea o aprende una nueva habilidad. Practica la meditación guiada o la atención plena.
- Realiza ejercicios de respiración profunda para relajarte.
- Dedica tiempo al yoga o a estiramientos conscientes. Tómate un baño relajante con aceites esenciales y música suave.
- Dedica tiempo a una rutina de cuidado de la piel o automasaje.
- Descansa con una sesión de aromaterapia o utiliza una lámpara de sal. Cocina una nueva receta o experimenta con ingredientes inusuales.
- Disfruta de una comida preparada por ti mismo en un ambiente tranquilo.
- Practica el baile libremente en casa al ritmo de tu música favorita. Dedica tiempo a proyectos de bricolaje, como la creación de joyas o decoración del hogar.
- Prueba el tejido, el bordado o la costura.
- Experimenta con la cerámica o la carpintería.
- Reflexiona sobre tus metas y aspiraciones personales.
- Crea un tablero de visión (vision board) con tus sueños y objetivos.
- Escribe cartas a tu yo futuro o pasado.
- Practica la oración o la meditación espiritual.
- Explora prácticas espirituales como el reiki o la meditación trascendental. Escucha música que te inspire o relaje.
- Aprende a tocar un instrumento musical.
- Crea listas de reproducción que reflejen tus estados de ánimo o intereses. Juega juegos de mesa o puzzles por ti mismo.
- Participa en juegos en línea que puedas disfrutar en solitario.
- Practica la escritura creativa o la creación de historias.
Citas contigo mismo:
- Visita museos, galerías de arte o sitios históricos.
- Descubre nuevos cafés, librerías o mercados locales.
- Realiza un recorrido fotográfico por tu ciudad o vecindario.
- Realiza una caminata o senderismo en un parque o reserva natural
- Pasea por la playa o un río cercano
- Organiza un picnic en un lugar tranquilo.
- Experimenta con la fotografía, capturando momentos o paisajes.
- Sal a correr, andar en bicicleta o practicar deportes individuales.
- Organiza una noche de cine en casa.
- Pasa la tarde en una librería, explorando nuevos títulos o leyendo en un rincón acogedor.
- Disfruta de una bebida caliente en una cafetería, acompañado de un buen libro o tu diario.
- Observa a la gente pasar mientras disfrutas de un momento de tranquilidad.
- Inscríbete en una clase de arte, cerámica, escritura creativa o cualquier actividad que te interese.
- Encuentra un lugar tranquilo lejos de las luces de la ciudad para observar las estrellas.
- Visita un vivero para escoger nuevas plantas para tu hogar.
- Visita una parte de la ciudad en la que nunca has estado, explora sus calles, tiendas y cafés.
- Haz una lista de lugares interesantes para visitar y ve tachándolos a medida que los descubres.
- Encuentra un lugar tranquilo en un parque o jardín botánico y simplemente siéntate a reflexionar.
- Levántate temprano para ver el amanecer y da una caminata tranquila.
Para culminar, te cuento mi experiencia personal
Cuando tenía 14 años tuve que emigrar a otro país, y antes de eso siempre había estado rodeado de personas, haciendo actividades, saliendo y compartiendo. Así que cuando esto sucedió me pegó fuerte y comencé a vivir lo que era la verdadera sensación de soledad. Sin amigos, en un lugar que no conocía, distintas costumbres, personas, etc.
Tenía esta sensación de que estar y sentirse solo era una maldición. Por suerte no estaba del todo solo, tenía a mi familia, pero mi vida había cambiado muchísimo y aún con personas cerca, el 80% de mi tiempo lo pasaba en soledad y sintiéndome vacío.
Lo que me sacó de esa sensación y depresión fue empezar a conocer amigos gracias al colegio secundario, en donde comencé a tener una vida social. Pero fue algo temporal, porque en mi mente estar solo seguía pareciéndome algo lamentable.
Años después tuve que mudarme de nuevo a 1 hora de donde vivía antes y perdí conexión con mis amigos, podía ver a un par de ellos cada trimestre, pero del resto me sentía como al inicio.
Sin embargo, esta vez no me enfoqué en volver a hacer amigos rápidamente. Estaba ya cansado de sentirme tan urgido de una vida social… “¿por qué no podía simplemente pasar tiempo solo?”.
Ahí comenzó el verdadero cambio. Comencé a leer libros de desarrollo personal, salir a caminar, tener salidas conmigo mismo prácticamente obligándome, ya que la sensación era terrible.
Me di cuenta de que no era el único que pensaba que estar solo era triste cuando noté que muchas personas me miraban raro al verme en un restaurante comiendo solo, tomándome un café, yendo a un parque, etc.
Aun así, me acostumbré a eso y poco a poco fui entendiendo que la soledad me estaba haciendo más bien que mal. Pero solo fue así cuando dejé de malinterpretar la situación, cuando la acepté y comencé a verlo de otra manera.
Empecé a verlo como una oportunidad de crecer, de conocerme mejor, de entender qué me gustaba y qué no tanto.
El proceso de autoconocimiento es muy largo, así que todavía falta mucho. Sin embargo, actualmente (que tengo nuevos amigos y una vida social de nuevo) aún paso más tiempo en soledad que en compañía. Pero ahora es por elección propia.
De hecho, le agarré tanto cariño a los momentos de soledad que cuando llevo más de dos días en actividades con otras personas necesito agarrarme un día entero para mí, para desconectar y reconectar conmigo mismo.
Puedo decir ahora que la soledad no tiene nada de malo, nosotros somos los que le damos el significado a las cosas y decidimos si ver el vaso medio vacío o medio lleno.
¿Estás list@ para comenzar a disfrutar de la soledad?
Espero que este artículo te haya servido de ayuda para entender que realmente la soledad puede ser nuestro mejor amigo, siempre que tampoco nos alejemos de todo del mundo, sino más bien equilibrando los momentos de soledad y disfrutando también los momentos de compañía.
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